«Estoy embarzada y tengo dolor lumbar, ¿puede ser algo normal?»
Sí, sí que lo es. De hecho, es la consulta más frecuente en la clínica por mujeres gestantes. La lumbagia es un dolor en la parte baja de la espalda, que puede ir acompañada o no de dolor en zona glutea o irradiación a muslo y pierna. Lo sufren más de la mitad de las mujeres embarazadas, sobre todo a partir del segundo trimestre.
¿Por qué aparece este dolor?
En el embarazo son muchos los cambios que se van a producir en la mujer:
CAMBIOS POSTURALES: La madre cambia su centro de gravedad hacia delante para mantener el equilibrio y poder soportar el peso extra del bebé. El cuerpo tiene que hacer modificaciones como el aumento de las curvaturas de la columna, provocando también un aumento de la anteversión pélvica. Todos estos cambios harán que aumente la tensión en la zona lumbosacra.
CAMBIOS HORMONALES: Existe en nuesro cuerpo una hormona llamada relaxina, En las embarazadas esta hormona se va a producir en mayor cantidad para dar más elasticidad a las articulaciones relacionadas con la gestación, para facilitar así el embarazo y el parto. Pero esto también tiene el inconveniente de que muchas veces ese aumento de elasticidad provoca una hipermovilidad que puede ser el causante del dolor de espalda.
¿Podemos prevenirlo? Si, siguiendo recomendaciones como:
- Evitar el sobrepeso. La corrección que la columna vertebral debe realizar para soportar el sobrepeso acentúa la lumbalgia.
- Evitar zapatos planos o de tacón alto. Caminar con zapatos de tacón bajo facilita una buena postura.
- Evitar cargar peso. Al igual que el sobrepeso, acentúa el dolor lumbar
- Dormir de lado siempre que sea posible, preferiblemente con una almohada entre las rodillas para que la espalda tenga una posición alineada y sus músculos no estén en tensión.
- Realizar ejercicio suave y controlado como pilates, natación o yoga para mantenerse activa, siempre que no haya una contraindicación por parte de su médico.
¿Podemos tratarlo?En el periodo del embarazo debe evitarse cualquier tratamiento antiinflamatorio, sobre todo los no esteroideos. Por ello, se recomienda como tratamiento de elección la Fisioterapia para el tratamiento del dolor, así como para aprender a adoptar posturas correctas y trabajar el tono de la musculatura implicada.