fisioterapia para diastasis

Fisioterapia para diástasis abdominal

La diástasis abdominal es una condición mucho más frecuente de lo que parece. Se produce cuando cuando los rectos del abdomen —los músculos que forman la famosa “tableta”— se separan en la línea alba, el tejido conectivo que los une en el centro. Ante la pérdida de tensión, se produce una especie de hundimiento en la parte central del abdomen. Históricamente siempre se ha asociado a mujeres que han dado a luz recientemente, pero lo cierto es que también la pueden padecer los hombres, o en definitiva, cualquier persona con una mala higiene postural. A continuación vamos a desgranar su sintomatología y cómo la fisioterapia puede ayudarte a mejorar tu diástasis abdominal.

¿Cuáles son los síntomas de la diástasis abdominal?

Cada persona experimenta la diástasis a su manera, pero hay señales que se repiten con bastante frecuencia en la consulta. Entre las más comunes encontramos:

  • Un bulto o una especie de “cresta” que aparece en mitad del abdomen cuando te incorporas o haces cualquier esfuerzo.
  • La sensación de que el abdomen no responde como debería, como si nos encontráramos muy débiles en esa zona
  • Molestias y/o en la zona de los lumbares / pelvis
  • Digestiones muy pesadas y una sensación de inflamación constante tras las comidas
  • Dificultad para activar para realizar deportes como el pilates, ya que requieren una gran activación del core.
  • En algunos casos, se pueden llegar a experimentar pequeñas pérdidas de orina.

¿Cuáles son sus orígenes de esta condición?

La diástasis no tiene un único origen; suele ser la suma de varios factores que afectan a la pared abdominal. Entre los más habituales están:

  1. Embarazo y postparto
    Sí, antes os hemos comentado que la condición no está únicamente tras el parto, pero es frecuente encontrar pacientes que hayan dado a luz recientemente. Durante la gestación, el útero aumenta su tamaño y empuja la musculatura hacia los lados. Además, las hormonas que preparan el cuerpo para el parto hacen que los tejidos se vuelvan más flexibles, lo que aumenta la posibilidad de padecerla.
  2. Entrenamiento sin una buena técnica
    La importancia de realizar el entrenamiento con buena técnica. Movimientos como los abdominales clásicos, levantar cargas sin controlar la respiración o entrenar sin gestionar bien las presiones internas pueden favorecer la separación de los rectos abdominales.
  3. Alteraciones posturales o patrones respiratorios ineficientes
    Una respiración demasiado alta o limitada al pecho puede sobrecargar la zona central y afectar al funcionamiento del core.
  4. Predisposición genética o tejido conectivo más débil de lo habitual

¿Cómo puede ayudarte la Fisioterapia?

La parte positiva es que, en la mayoría de los casos, la diástasis abdominal mejora muchísimo con un tratamiento bien planteado. Desde la fisioterapia abordamos el problema desde varios frentes:

  1. Evaluación global del abdomen, la postura y la respiración
    Lo primero es entender cómo organiza tu cuerpo las presiones internas y qué hábitos de movimiento o respiración pueden estar manteniendo la separación. En nuestra clínica realizamos una revisión para poder entender mejor tus hábitos.
  2. Reentrenamiento del core profundo
    Trabajamos la activación coordinada del transverso abdominal, el diafragma, el suelo pélvico y los multífidos. Sin ese “equipo” funcionando de manera conjunta, la línea alba no puede recuperar su tensión. Aquí el Yoga terapéutico también puede ser de gran ayuda.
  3. Ejercicios personalizados y con una progresión clara
    Olvídate de los abdominales clásicos. Utilizamos movimientos funcionales y controlados, adaptados a tu nivel, que ayudan a reducir la separación y a mejorar la firmeza del tejido. Más abajo encontrarás un vídeo con algunos ejemplos
  4. Mejora de la postura y del patrón respiratorio
    Sin una respiración eficiente es imposible gestionar bien las presiones del core. Por eso entrenamos la respiración diafragmática y el control del movimiento costal. Aprende cómo sentarte de manera correcta.
  5. Terapia manual y trabajo sobre la fascia
    Estas técnicas ayudan a mejorar la elasticidad y la calidad del tejido, algo esencial para recuperar la funcionalidad de la zona. La punción seca puede ayudar a relajar los tejidos que sufren contracturas debido al exceso de tensión.
  6. Recomendaciones para el día a día
    Acciones tan simples como levantarte de la cama, coger peso, cargar al bebé o entrenar pueden favorecer o empeorar la diástasis. Te enseñamos cómo hacerlo sin poner en riesgo tu recuperación.

En el siguiente vídeo puedes ver algunos ejemplos prácticos y muy sencillos de realizar

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